El fin de semana hemos preparado ya un dulce típico de Semana Santa para ir calentando motores. Como sé que a Rafa y a mi padre les encantan los roscos fritos, los he querido hacer diferentes y probar otros sabores, pero manteniendo la tradición. Les he dado un toque de naranja y almendras y han quedado buenísimos. La masa lleva ralladura y zumo de naranja y además luego los he rebozado con una glasa preparada con agua, azúcar y ralladura de naranja, lo que le aporta un toque dulce y sabroso buenísimo. No se puede describir el olor en la cocina de dulce tradicional, con aroma a naranja, roscos fritos… Además de lo divertido que es prepararlos en familia.

Ingredientes
-80ml de aceite de oliva
-150 gramos de azúcar
-3 huevos
-ralladura de una naranja y un limón
-450 gramos de harina de trigo
-150 gramos de harina de almendra
-1 sobre de levadura (15 gramos)
-1 pizca de sal
-50ml de anís
-50ml de zumo de naranja
-aceite para freír
-para el rebozado: azúcar, ralladura de naranja, agua
Pasos
-empezamos calentando en un cazo el aceite para que pierda el sabor a crudo, vigilando que no se fría ni llegue a humear. Retiramos y dejamos templar
-en un bol, batimos con unas varillas los huevos con el azúcar y las ralladuras de naranja y limón hasta obtener una crema espumosa. Reservamos
-por otro lado, tamizamos la harina de trigo, la harina de almendra y la levadura y añadimos un poco de sal. Reservamos
-mezclamos el aceite que ya tenemos templado con la mezcla de huevos que hemos batido antes. Añadimos el anís y el zumo de naranja y por último añadimos la harina

-mezclamos bien con las manos y vamos añadiendo un poco de harina si vemos que se nos pega la masa. Dejamos reposar media hora tapada con un palo de cocina
-una vez la masa haya reposado, hacemos bolitas, las chafamos y luego atravesamos con el dedo para darle forma, intentando que no sean muy gordas, ya que luego crecen cuando se fríen

-freimos en abundante aceite y luego las colocamos encima de papel de cocina para que chupe el exceso de aceite y se templen
-preparamos un glaseado para ir pintando nuestras rosquillas. Para ello, mezclamos azúcar, ralladura de naranja y un poco de agua hasta que veamos que obtenemos una especie de jarabe con textura espesa para bañar o pintar las rosquillas
