Tenía en la nevera cerezas y quería aprovechar esta fruta de temporada tan sabrosa para hacer un postre. Me he decantado por un crumble y el resultado ha sido muy bueno. Como fan de la canela que soy, he añadido esta especie a la mezcla y le da un gusto muy bueno, pero si no os gusta, podéis preparar este postre sin canela, seguro que también queda riquísimo. La mezcla del dulce de las cerezas con el crujiente de la avena es una muy buena combinación. Nosotros hemos optado por acompañarlo con un poco de helado.

Ingredientes (para 4 raciones)

-300 gramos de cerezas (con hueso)

-media cucharadita de canela

-50 gramos de harina de trigo

-50 gramos de copos de avena

-50 gramos de almendras naturales

-50 gramos de margarina ligera

-50 gramos de azúcar moreno

-opcional: helado

Pasos

-empezamos deshuesando las cerezas. Yo las he cortado a la mitad con un cuchillo y les he quitado el hueso con la mano

-cuando las tengamos partidas a la mitad y sin hueso, las mezclamos con la canela y las colocamos en un recipiente apto para horno. Las esparcimos bien por todo el recipiente y ya tendremos nuestra primera capa del crumble

-picamos las almendras con la picadora. Yo no las he picado mucho para que queden trocitos y le de un toque crujiente a la mezcla. Reservamos

– en un bol, mezclamos la harina con los copos de avena, las almendras que hemos picado, la margarina y el azúcar. Removemos bien para que se integren todos los ingredientes y obtengamos una textura arenosa

-colocamos esta mezcla por encima de la capa de cerezas y llevamos al horno previamente caliente a 180 grados durante unos 20 minutos, hasta que veamos que la capa de arriba está crujiente

-a la hora de servir se puede acompañar con un poco de helado