Hoy comparto con vosotros esta receta que preparé el otro día y nos comimos para merendar; nos sentó genial. Es un dulce que no lleva levadura ni tiene que crecer, se prepara muy rápido, la masa no necesita resposar y se trabaja muy bien. Además de buena, es facilísima de elaborar. Si no os gusta el anís, podéis sustituirlo por aceite, también están buenas. Con las cantidades que os indico salen pocas rosquillas (para tres personas).

Ingredientes
-1 huevo
-90 gramos de azúcar (mitad blanco y mitad moreno)
-1 cucharada de miel
-50 gramos de aceite de girasol
-15 gramos de anís
-anís en grano
-250 gramos de harina de trigo
-para decorar (opcional): chocolate o glaseado de anís
Pasos
-empezamos mezclando el huevo con el azúcar
-a continuación, le incorporamos el aceite y el anís y seguimos removiendo
-añadimos también la miel y por último la harina tamizada y un poco de anís en grano. Mezclamos bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados (si la masa se pega en las manos, enharinamos un poco)

-podemos dejar reposar la masa en la nevera o hacerlas directamente
-hacemos bolitas, las chafamos un poco y le hacemos el agujero con la mano (yo no las dejo muy finas para que luego no queden duras), mejor que tengan un poco de grosor
-colocamos las rosquillas encima de un papel de horno y horneamos con el horno previamente caliente a 180 grados durante unos 15 (aunque estén blandas cuando las pinchemos, luego cuando se enfrían se endurecen. Si nos pasamos de horno se pueden quedar duras)

-a la hora de comer, las podemos decorar con un poco de chocolate o con un glaseado de anís (mezclar un poquito de anís, agua y azúcar hasta conseguir la consistencia deseada)