Me encantan las croquetas y especialmente las caseras. Después del éxito que han tenido las de calabaza, he experimentado con otros productos de temporada: los calabacines y las berenjenas. Pero además, como fan del queso que soy, les he añadido queso rallado, así que han quedado muy melosas y suaves de sabor. Mientras las preparaba, he de reconocer que no estaba muy convencida del resultado (el color es muy feo y de textura son muy blandas), pero cuando las he probado, no puedo decir lo mismo: están espectaculares. Son cremosas, ligeras y muy saludables, ya que las he preparado al horno, no fritas. Si las hacéis en casa, ya me diréis si no son todo un descubrimiento.
Ingredientes (para 24 unidades)
-2 berenjenas
-2 calabacines
-media cebolla
-aceite de oliva
-150 gramos de leche
-3 cucharadas de harina de trigo
-mozzarella rallada (opcional)
-pan rallado
-sal y pimienta
-2 huevos
Pasos
-por un lado, pelamos las berenjenas y las cortamos a daditos. Las llevamos al microondas un rato para que se ablanden. Las escurrimos para quitarles el agua que han soltado y cuando estén templadas, las trituramos. Reservamos
-por otro lado, ponemos aceite en un cazo al fuego y le añadimos la media cebolla pelada y picada, movemos hasta que se dore. Añadimos al cazo los calabacines pelados y cortados a daditos y dejamos cocinar durante unos 15 minutos. Cuando esté templado, trituramos en el mismo bol donde tenemos las berenjenas trituradas
-en otro cazo preparamos la bechamel: añadimos primero un chorrito de aceite de oliva en el cazo a fuego lento y mezclamos un poco con la harina hasta que se cocine y luego le incorporamos la leche poco a poco hasta que espese (podemos añadir más leche si es necesario hasta conseguir la textura deseada). Le añadimos un poco de sal
-mezclamos los calabacines y las berenjenas que tenemos trituradas con la bechamel. Añadimos sal y pimienta al gusto e integramos todos los ingredientes
-cuando tengamos todo mezclado, le podemos añadir quso rallado (al gusto)
-para que la masa tenga más consistencia, le añadimos 6-8 cucharadas de pan rallado, hasta que vemos que podemos trabajar la masa para darle forma
-llevamos la masa al congelador unas horas
-cuando la masa esté fría y la podamos trabajar, le damos forma y vamos haciendo bolitas. Luego, las pasamos por huevo batido, pan rallado y repetimos este paso para que no rebienten en el horno (el segundo rebozado yo lo he hecho con pan rallado crujiente)
-las colocamos encima de un papel de horno y horneamos a 180 grados durante unos 20 minutos hasta que veamos que se doran