Aprovechando que tenía una tarrina de queso crema en la nevera he querido hacer una tarta de queso sin horno, fría. Lleva una base de galleta y mantequilla y luego la podéis decorar si queréis con mermelada. En este caso, yo he optado por darle forma de queso gruyère, haciéndole unos agujeros con un sacabolas. Nos ha gustado mucho de sabor y es sencilla de preparar, muy recomendable si queréis hacer un postre rápido, bueno y vistoso.

Ingredientes
Para la base
-200 gramos de galletas
-80 gramos de mantequilla
Para el relleno
-300 gramos de queso tipo Philadelphia
-200 gramos de leche evaporada
-75 gramos de azúcar
-ralladura de limón
-4 láminas de gelatina
-zumo de limón
Pasos
Preparamos primero la base
-por un lado, picamos bien las galletas
-por otro, derretimos la mantequilla en el microondas
-mezclamos los dos ingredientes con las manos hasta que estén bien integrados y colocamos en la base de nuestro molde (yo he utilizado uno redondo desmoldable, que lo he forrado con papel de horno)
-dejamos enfriar en la nevera
Preparamos el relleno
-ponemos a hidratar en agua muy fría las láminas de gelatina
-en un cazo, calentamos la leche evaporada con el queso crema y el azúcar. Con el fuego suave, vamos removiendo constantemente sin que llegue a hervir. Cuando los ingredientes estén bien integrados y sin grumos, añadimos las láminas de gelatina, el zumo de limón y la ralladura y seguimos removiendo
-dejamos templar el relleno y luego lo vertemos encima de la base. Volvemos a dejar enfriar en la nevera
-cuando la tarta esté cuajada y vayamos a servir, podemos decorarla con mermelada o bien dejarla así y hacerle algunos agujeros para darle esta forma
