Teníamos un provolone en la nevera y hemos decidimos prepararlo de forma distinta. Normalmente lo hacemos con una base de tomate frito y calentado todo al horno, así el queso aguanta más rato blandito, no se seca tan rápido y la combinación de sabores nos encanta. Luego, le añadimos un poquito de orégano por encima y nos lo comemos con pan. Esta vez hemos partido el queso en tiras, en forma de fingers, y los hemos rebozado. Hemos mezclado pan rallado con orégano y hemos rallado tambien un ajo, todo bien removido e integrado. Para que cuando los horneemos no peten y se salga el queso fundido, hemos hecho un doble rebozado. El resultado son unos fingers crujientes por fuera y blanditos por dentro. A la hora de servir, los podemos acompañar con mermelada o con alguna salsa.

Ingredientes

-1 provolone

-harina

-1 huevo

-pan rallado

-ajo y orégano

-aceite

Pasos

-primero cortamos el provolone en tiras

-por otro lado, colocamos harina en un cuenco o bandeja, en otro ponemos un huevo batido y en otro el pan rallado mezclado con un poco de ajo rallado y orégano

-pasamos los fingers por la harina, luego por el huevo y finalmente por el pan rallado. Para que queden más crujientes, los volvemos rebozar por huevo y pan rallado

-congelamos los fingers entre una y tres horas

-colocamos los fingers en una bandeja de horno y le añadimos por encima un poco de aceite

-horneamos con el horno previamente caliente a 230 grados durante unos 10 minutos (los tenemos que ir controlando para que no peten y se salga el queso)

-a la hora de comer, los podemos acompañar con un poco de mermelada, la mezcla de dulce y salado es buenísima