
Dicen que a la tercera va la vencida; en mi experiencia con los bagels así ha sido. La primera vez que los hice no crecieron y no los pudimos abrir por la mitad para rellenarlos (aunque de sabor, muy buenos). La segunda vez que lo intentamos hicimos la mitad hervidos y la mitad no, para ver la diferencia. Y finalmente, a la tercera los hemos preparado teniendo en cuenta nuestras experiencias previas y ahora sí, nos han quedado genial. Si los hacéis siguiendo la receta, queda una masa esponjosa, que como dejamos reposar en varias ocasiones, crece y nos permite luego a la hora de comer, poderlos abrir por la mitad para rellenarlos. Además, tienen un sabor peculiar, ya que no son dulces ni tampoco muy sabrosos, pero con las semillas que le añadimos al final tras pintarlos con mantequilla le aporta un toque diferente. La base de la masa es similar a la del pan normal, ya que lleva los mismos ingredientes, pero se le incorpora un huevo y una cucharadita de miel. La harina es de fuerza, para que crezca más. Cuando empecé a leer recetas y buscar para prepararlos lo que más me llamó la atención fue que antes de hornearlos se tienen que pasar por una olla con agua hirviendo. Tras hacer la prueba de unos pasarlos por el agua y otros no, os aseguro que la diferencia se nota. Le aporta una textura peculiar, como una especie de corteza protectora y hace que la masa no sea como un bollito normal de pan. Es una alternativa saludable para hacer en casa otro tipo de pan, alternativo al bollito tradicional.
Ingredientes (para 4 unidades)
-250 gramos de harina de fuerza
-2 cucharaditas de sal
-1 sobre de levadura seca de panadero (7 gramos)
-125 gramos de agua
-1 cucharadita de aceite de oliva
-1 huevo
-1 cucharadita de miel
-para pintarlos: mantequilla y semillas
Pasos
-mezclamos la harina, la sal y la levadura en un bol. Añadimos el huevo, el aceite, la miel y el agua y amasamos con las manos durante 5 minutos (vamos incorporando más harina poco a poco hasta que la masa se despegue de las manos y podamos trabajarla bien)
-dejamos la masa en un bol tapada con un paño húmedo hasta que duplique su tamaño

-cuando haya crecido, hacemos cuatro bolas y las chafamos con la mano (sin dejarlas tampoco muy chafadas) encima de un papel de horno bien enharinado (para que no se peguen)
-agujereamos el centro (podemos utilizar un descorazonador de manzanas, un cortador pequeño o un vaso de chupito). Hay que tener en cuenta que la masa vuelve a crecer y el agujero de hace más pequeño

-dejamos reposar nuevamente hasta que crezcan más

-cuando los bollitos hayan aumentado su volumen, precalentamos el horno y preparamos por otro lado una olla con agua hasta que hierva
-cuando el agua hierva, colocamos con mucho cuidado y con la ayuda de una paleta grande plana los bagels de uno en uno en la olla (30 segundos por cada lado). Veréis que flotan y es fácil darles la vuelta en el agua con la ayuda de la paleta. Se quedan como arrugados, pero es normal

-los secamos con un papel de cocina o los dejamos escurrir encima de una rejilla para que no se queden acuosos y volvemos a colocarlos encima del papel de horno
-los pintamos con un poco de mantequilla fundida en el microondas y por encima le esparcimos mezcla de semillas

-horneamos a 180 grados entre 20-30 minutos (en el horno no vuelven a crecer tras hervirlos)
-a la hora de comer, se pueden abrir por la mitad y rellenar con lo que más nos guste: jamón, bacon, mantequilla y mermelada… La combinación es infinita
