Me encantan las croquetas, pero reconozco que no suelo comerlas a menudo. Últimamente, las he pedido un par de veces en restaurantes y me han entrado ganas de prepararlas en casa. He optado por hacerlas de queso y membrillo y al horno. Han quedado buenísimas, nada que envidiar a las fritas, y además son más saludables. Las he preparado en dos ocasiones: la primera de queso Edam (más suave) y la segunda de queso Idiazábal (más fuerte). He mejorado la receta, ya que la primera vez que las preparé, hice las bolitas muy grandes y con mucho membrillo en el centro, mientras que la segunda, las bolitas han sido más pequeñas y con menos membrillo, solo para darle un toque.

Ingredientes

-media cebolla

-250 gramos de queso (Edam o Idiazábal)

-700ml de leche

-175 gramos de harina de trigo

-membrillo

-harina, pan rallado y huevos para el rebozado

Pasos

-por un lado, rallamos el queso y reservamos

-por otro lado, picamos la media cebolla finita y la pochamos en una olla con un poco de aceite hasta que se dore. A continuación, a fuego lento, añadimos la harina y mezclamos bien un par de minutos para que pierda el sabor a crudo. Removemos para que no se queme

-añadimos en la olla la leche y removemos para que no queden grumos. Incorporamos también el queso y añadimos una poquita de sal (al gusto)

-cuando tengamos una masa homogénea, la dejamos reposar en la nevera para que luego nos sea más fácil hacer bolitas

-una vez reposada la masa, con las manos enharinadas, hacemos bolitas y en medio colocamos un trocito pequeño de membrillo

-ahora toca sellarlas y rebozarlas antes de hornearlas. Para que no se abran cuandos se hornean podemos hacer un doble rebozado. Empezamos sellando las croquetas con un poco de harina. Si tenemos tiempo, os recomiendo congelar las bolas un rato antes de rebozarlas. Después, las pasamos por una bandejita con huevo batido, a continuación por otra con pan rallado y las rebozamos bien. Cuando las tengamos todas rebozadas, repetimos este paso: las volvemos a pasar por huevo y después por pan rallado

-las llevamos al horno previamente caliente a 180 grados durante una media hora aproximadamente hasta que veamos que están doraditas